El argumento se basa en que en este momento las ciudades componen una parte muy importante del PBI mundial (cien ciudades aportan el 30% del mismo) y una parte importante de la innovación. Aparte de esto el autor menciona como muchas ciudades se están construyendo de cero, buscando en su diseño incluir cuestiones relacionadas con el desarrollo sustentable. De este modo las ciudades se podrían constituir en actores importantes en la lucha contra la contaminación y otros problemas ambientales.
Los relacionistas hemos tenido tradicionalmente un problema para incluir a actores diferentes de los Estados dentro de nuestros análisis. Las organizaciones internacionales, ONGs, grupos terroristas, guerrilleros, crimen organizado, etc. se han resistido tenazmente a su inclusión dentro de el marco de las relaciones internacionales. Incluso los autores que más han intentado avanzar en esta dirección normalmente suelen incluir al Estado como actor principal y a meter a otros jugadores en diferentes marcos pero menores. Es por esto que la afirmación del autor me parece un poco audaz, quizás este intentando provocar al lector, pero aún asi tiene varias dificultades. Por un lado las ciudades vienen ocupando una gran parte del PBI internacional hace años, el declive del mundo rural y el crecimiento industrial han logrado esto. De igual manera la innovación tradicionalmente ha girado alrededor de ciudades. Esto es, la situación que describe como causante del declive del Estado ha estado presente durante varias décadas, durante las cuales el Estado se ha mostrado muy fuerte.
No es para negar que las ciudades han crecido en importancia en los últimos años, y en muchos sentidos se han hecho autónomas del Estado para ciertas cuestiones de la conducción de sus relaciones internacionales (un hermanamiento no tiene que pasar necesariamente por el Ministerio de Relaciones Exteriores de los países involucrados). Sin embargo esto es así porque este tipo de interacciones son mayormente inofensivas. El sistema jurídico internacional gira alrededor de los Estados. No veo en el futuro a ciudades firmando tratados contra la voluntad de sus países, si lo quisieran hacer se encontrarían con un entorno legal y social que las aplastaría. Las ciudades estado que cita el autor justamente eran "ciudades estado" hasta donde se no poseían ninguna autoridad jurídica superior sobre ellas, a diferente de las ciudades actuales. Los ejércitos, la capacidad de librar guerras, las políticas económicas y sociales, todas son definidas a nivel nacional. Aún si las ciudades aumentan en importancia el rol del Estado seguirá siendo fundamental y central. Sumado a esto, si el autor quiere efectivamente dar de baja la idea de Estado, tendría que extender un certificado de defunción conjunto para la idea de Nación, sin embargo creo que esta seguirá molestando por un largo rato más, y con ella seguira asociada la idea de Estado.
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