viernes, 27 de agosto de 2010

You´re just another BRIC in the wall

Muchas veces quedamos atrapados por las palabras, no solo por la vaguedad de muchas de ellas, que no dicen exactamente lo que queremos decir, sino también por las palabras y los conceptos que inventamos. En este particular mi objetivo va en contra de un concepto con forma de acronimo que se llama BRIC y que ha tomado mucho arraigo últimamente en nuestra disciplina.

Para los que no son unos nerds de las relaciones internacionales (o sea todos los que no están leyendo esto) el BRIC es una sigla que junta a Brasil, Rusia, India y China. Este termino acuñado por don Goldman-Sachs para bautizar una cartera de inversiones ha encontrado su lugar en prácticamente cualquier análisis que se lleve a cabo hoy en día. Por lo que he visto en particular este uso suele estar destinado a dos funciones, su uso analítico por un lado y para explicar un bloque en formación en políticas internacionales por el otro.

En su variante analítica el BRIC busca agrupar a las economías de más alto crecimiento, o muchas veces a las potencias que están surgiendo a nivel regional o global. Así bajo una categoría se busca colocar a los nuevos países, los que se vienen, los que en el futuro pasaran a ser actores globales. Esta aplicación viene en dos sabores, económica y política. En el caso económico, aunque el concepto efectivamente junta a algunas de las economías de más grande crecimiento y que se pueden proyectar a futuro como importantes, las diferencias que hay entre ellas son tan grandes que dudosamente se las puede considerar como una categoría. Estamos poniendo dentro de la misma bolsa un país que depende de las exportaciones de energía, uno de las manufacturas y otro de los servicios. Sumado a esto estamos juntando a la segunda economía del mundo, junto con otras que, aunque puedan crecer mucho en el futuro dudo que lleguen a la altura de China.

En el plano analítico de la política internacional tengo un problema más grande todavía. Pasemos revista del club, estamos metiendo tres países que tienen armas nucleares con uno que no tiene, dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, dos aspirantes. Una potencial potencia global, una que tiene ganas de recuperar su status de superpotencia pero no le da, y dos potencias regionales.

En la segunda categoría podemos ver al BRIC como un potencial bloque, que permita la coordinación de políticas exteriores de estas cuatro potencias para diferentes objetivos. Esta idea podría encontrar algo de respaldo detrás de las reuniones que ha llevado a cabo los cuatro países en los últimos años. Sin embargo esto no me termina de convencer por dos motivos. Por un lado geográficamente tenemos a Brasil metiendo las patas en Asia, una zona que claramente esta fuera de su área de influencia, más aún si no pudo consolidar su influencia en América Latina (sí, ya sé, el acuerdo de enriquecimiento de Irán, pero eso quedó en nada y por ahora no representa mucho que digamos más allá de unas declaraciones bonitas). Segundo tenemos que las potencias que sí están en Asia tienen más posibilidades de competir entre ellas por el dominio regional que cooperar para enfrentarse con Estados Unidos. India y China aun tienen una situación incomoda, Rusia tiene miedo de los planes que tenga China para siberia y compite amistosamente para determinar la salida del gas de los países de Asia Central.

Es por esto que me parece que el concepto de BRIC confunde más que lo que aporta y quizás deberiamos considerar desecharlo del vocabulario de relaciones internacionales.

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